INTRODUCCIÓN

La Universidad Cristóbal Colón fundamenta su ser, quehacer y sentido en su identidad cristiana, entendida desde la óptica del carisma de José de Calasanz, uno de los grandes actores de la educación europea y padre de la primera escuela popular en aquellas tierras.

Funda la Orden de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, para mantener viva su intuición en el tiempo, debido a que fue de los primeros en mostrar cómo por medio del ejercicio educativo se logra la liberación de la niñez y la juventud, principalmente pobre, con la intención de promover una sociedad más justa para todos según los planteamientos de Jesús de Nazaret, el Cristo resucitado.

El Ministerio Escolapio responde, gracias a la sensibilidad de José de Calasanz, a la necesidad de enfrentar la injusticia estructural que genera pobreza no tan sólo económica sino también personal y que fue vivida en Roma durante los siglos XV y XVI, planteándose brindar al pobre la palabra que le habían negado, y una salida económica digna.

Este planteamiento se fue decantando por su mismo ministerio en el arte de la educación integral como medio eficaz para poder, no sólo aliviar la pobreza de su tiempo, sino incluso el proponer las bases de un modelo social, alternativo e incluyente a diferencia del generado por sus contemporáneos.

Esta revolución social es clara en sus documentos de 1645, donde defiende que sus escuelas: “son para los pobres, pues son los desprotegidos”.

Su finalidad última, no es exclusivamente, “hacer personas moralmente buenas”, sino también propositivas en el marco social que les tocare vivir, e incluso fuesen capaces de plantear nuevas formas de trabajo y participación social.

Calasanz es consciente que sólo desarrollándose integralmente la persona puede alcanzar el equilibrio necesario, y para ello es imprescindible acceder a la fuente del conocimiento, y al encuentro de Jesús y éste resucitado.

Por ello intuye que es necesario estar siempre buscando y en continua formación ante los nuevos retos, razón por la cual Escolapios de la primera hora fueron alumnos de los grandes como Galileo y Campanella.

Descubre que sólo posibilitando un cambio interior, generando un nuevo espíritu, esas nuevas luces pueden ponerse al servicio de la humanidad, principalmente la más necesitada, en palabras de José de Calasanz.

Hoy queremos recuperar este doble sentido de la obra calasancia, la atención a la actualización pedagógica en la búsqueda de óptimas metodologías y contenidos que ayuden a las personas a desarrollarse adecuadamente como seres humanos y profesionistas, desempañando aquella encomienda de ser auténticos cooperadores de la verdad. En este sentido entendemos a la Cátedra Calasanz dentro del marco universitario de la UCC, ya que pretende incentivar la labor educativa desde la opción del educador y el marco social del mismo.

PROPÓSITO

Nace la cátedra Calasanz, como un intento de hacer presente y actualizar la figura de uno de los grandes actores de la educación en la historia de la misma. José de Calasanz, fundador de la Orden de los Clérigos Regulares Pobres de la Madre de Dios de las Escuelas Pías, además de creador de la primera escuela popular en Europa.

Por ello surge la necesidad de una reflexión permanente sobre el marco educativo dentro de la Universidad Cristóbal Colón, que intenta regirse bajo los principios del carisma calasancio.

OBJETIVO

La Cátedra Calasanz tiene como objetivo la proyección cristiana y educativa del pensamiento y personalidad histórico-pedagógica de San José de Calasanz, a través de la docencia, investigación y extensión en el marco universitario mexicano, profundizando en su intuición pedagógica y espiritual, y renovando el proyecto pedagógico calasancio, a través de la actualización de nuestro hacer educativo y nuestro acervo cultural.

Potenciar la reflexión y profundización de la Espiritualidad y la pedagogía escolapia, garantizando la innovación, la investigación, un modelo educativo acorde con el carisma calasancio y el ministerio escolapio, estableciendo, si fuera posible, currícula propias e incentivando la labor del educador, desde unas opciones propias y un marco social concreto.